20.12.04

Textil: la hora del todo a 100

Textil: la hora del todo a 100
Camisas, pantalones, faldas, vestidos, abrigos...pueden caer de entrada en torno a un 15%

El textil está punto de vivir una revolución sin precedentes. La OMC del Comercio concedió en 1995 un plazo de 10 años de transición con el fin de que el mundo se adaptase a una liberalización total de los intercambios textiles.El plazo finaliza el próximo 1 de enero.China y los consumidores se perfilan como los grandes ganadores

Unos 20.000 nuevos proveedores chinos se sumarán a los 5.000 actuales para fabricar artículos baratos
En la liberalización del periodo 2002-2004 hubo una caída del 50% del precio de los productos importados


REUTERS
Un vendedor se prueba unos pantalones en una tienda de Shanghai

España podría perder de 15.000 a 20.000 empleos a corto plazo pero nadie quiere hacer catastrofismo

JOSÉ MANUEL GARAYOA - 19/12/2004


El año del gallo chino va a traer pelea al sector textil internacional. La desaparición el 1 de enero de 2005 de las cuotas sobre las exportaciones, que durante 10 años han frenado la presión de los productos made in China,provoca escalofríos entre los fabricantes de Europa y EE.UU.. Y España no es una excepción. Pero los consumidores pueden sentirse felices: los precios de los vestidos, las camisas o los pantalones bajarán del 10 al 15% en dos años.

"Nos viene encima un huracán", dice Salvador Maluquer, director del área internacional del Consejo Intertextil español.

Muchas empresas ya se han adaptado al shock amarillo, con deslocalizaciones incluidas. Este año han desaparecido en España 15.000 empleos en el sector por ajustes empresariales.

El impacto del fin de las cuotas puede intuirse a partir de lo visto en 2002-2004 con la supresión de restricciones al comercio en algunos productos como ropa de trabajo, de bebé, anoraks o chándals. Según Salvador Maluquer, "en esos productos, las importaciones se han multiplicado por cuatro y los precios han caído un 50%".

Y aquello fue sólo un ensayo. Ahora viene, definitivamente, el gran momento de la verdad. Hilados y tejidos de algodón, ropa de cama, de mesa, hilados, camisas, camisetas, niquis, jerseis, pantalones, chaquetas, vestidos, trajes, ropa interior, gabanes... Todo eso será liberalizado con el Año Nuevo.

Un alud. Se calcula que 20.000 nuevos proveedores chinos concurrirán para fabricar más barato, sumándose a los 5.000 actuales.

Según estudios de la Organización Mundial del Comercio (OMC), China controlará en diez años cerca del 60% del mercado global textil, seguida de India, con una cuota del 10%. "En un futuro no muy lejano, el mercado mundial del textil estará concentrado entre cinco y diez países,. en los que no figura ningún país europeo ni EE.UU", afirma una fuente de la OMC.

Las exportaciones textiles chinas suman actualmente 70.000 millones de dólares, mientras las indias son 13.000 millones. Entre los dos países, controlan la cuarta parte del mercado mundial. La nueva y definitiva liberalización permitirá a China incrementar sus exportaciones entre un 250 y un 330% en una década.

Ante la avalancha que les viene encima, Europa y EE.UU. tratan de guardar sus industrias de un desmantelamiento casi general.

Después de años de ajustes y deslocalizaciones, el textil ocupa en Europa a 2,7 millones de trabajadores y a unos 600.000 en EE. UU. "Tenemos la creatividad, la maquinaria -la que se utiliza incluso en China es alemana, suiza, italiana-, y tenemos el mercado. ¿Por qué no podemos mantener una industria?", dice Maluquer.

El Consejo Intertextil ha calculado que la desaparición de las cuotas a la importación el 1 de enero provocará la pérdida rápida de 15.000 a 20.000 empleos sobre un total de 226.000 de personas que trabajan en el sector en España. El ajuste podría alcanzar a 60.000 empleos, pero todo el mundo trata de evitar los escenarios catastrofistas.

El secretario general de la OMC, Supachai Panitchpakdi, dice que la abolición de las restriciones al comercio textil va a traer ganancias para la economía global en su conjunto, un mayor bienestar, así como una mejora de la eficiencia en la producción del textil.

El responsable de la OMC agregó que existe una ansiedad comprensible por parte de algunos países porque les obligará a realizar ajustes a corto plazo.Apesar de ello, insistió, hay una reestructuración en marcha en la industria textil que se enmarca en el proceso de la liberalización general del comercio. El textil se ha banalizado hasta límites que nadie había imaginado.

Para los países productores ricos, la idoneidad de los principios no evita sin embargo las prácticas de dumping aplicadas por China, donde ni hay sindicatos ni seguridad social, y que además tiene una moneda, el yuan, devaluada en torno a un 25% al estar pegada al dólar, que arrastra un grave déficit comercial .

Ciertamente, la OMC acordó la liberalización del textil -en 1994-para favorecer a los países en desarrollo en un momento en que China no era miembro. Pero ahora sí lo es, lo que ha obligado a la OMC -pillada en medio- a imponer condiciones muy estrictas a China si no quiere ver que le ponen salvaguardias.

Oiremos hablar mucho de la batalla de las salvaguardias en los próximos años, no lo duden. Hasta los economistas clásicos, como David Ricardo, las veían a veces imprescindibles. Cuando la industria de un país sufre un shock capaz de desorganizarla totalmente, ese país tiene derecho a limitar las importacio-nes que le amenazan, decían.

En el caso de China, la aplicación de una salvaguardia supondría que debería reducir un 7,5% la exportación a un país que demostrase la necesidad de proceder así.

"Aquí, en China, los empresarios textiles se sienten confiados con Europa, pero recelan de EE.UU. porque creen que aplicará cláusulas preventivas muy pronto", dice Xavier Serrado, director general de Asia del Banco Sabadell. eEn Europa, la Comisión Europea ha empezado ya exigiendo licencias -que se conceden en 5 días-a los importadores de textil chino con el fin de monitorizar el proceso.

¿A partir de qué nivel de importaciones cabría aplicar cláusulas de salvaguardia? Según Maluquer, "cuando preguntamos en Bruselas si el impacto que sufrimos en el periodo 2002-2004 hubiera sido motivo suficiente para imponer salvaguardias a la exportación china nos respondieron: sí".

El contencioso no afectará únicamente a las relaciones comerciales entre China y los países ricos. Una guerra Sur-Sur también se dibuja.

Durante muchos, países como Pakistán o Sri Lanka en Asia, o Perú en América Latina. o Marruecos y Túnez en África. Tenían asignados cupos que daban a sus industrias -que juegan un papel clave en sus economías respectivas- un hueco en el comercio internacional. Ahora esos países pueden tener problemas con el rodillo chino, algo que preocupa a países como España, para la que es vital que haya estabilidad en el empleo en los países ribereños.

En este sentido, por ejemplo, el ministerio de Industria marroquí, Salaheddine Mezouar, ha propuesto recientemente a los empresarios textiles españoles que no sólo deslocalicen allí los productos de menor valor añadido sino también los de calidad para asegurar su futuro.

De hecho, España exporta ya casi el 50% de lo que produce. Según estudios de la OMC, la alta costura y el textil de calidad durante muchos años va a seguir en manos de Europa, lo que va a desaparecer en Francia, Italia o España es el producto de poco valor añadido. En este sentido, el plan del textil del Gobierno a favor de la calidad ha sido bien recibido "aunque no introduce ninguna novedad", dice Salvador Maluquer.

En cuanto a los consumidores, son los primeros invitados con China a la fiesta de la liberalización. Aunque los precios de las importaciones puedan caer un 50%, la baja no será repercutida tal cual al consumidor, que disfrutará como mucho de un tercio de la rebaja, y es que el precio de compra del artículo no representa más que el 30-40% del precio final en la tienda o el almacén.

Pero eso no quita que, dada la tendencia general de descuentos, rebajas en que ha entrado el comercio, los precios van a orientarse en el futuro claramente a a la baja.

Gracias a los chinos, el vestir va a salir del mundo de la escasez para convertirse en un bien casi, casi libre. Pero todo el mundo sabe que la libertad siempre tiene peligro.

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